3 convertir el Templo en fuente de recursos, como los demás recintos
sagrados de los gentiles, y poner cada año en venta la dignidad del
sumo
sacerdocio.
4 No tenía en cuenta en absoluto el poder de Dios, engreído como
estaba con sus miríadas de infantes, sus millares de jinetes y sus
ochenta
elefantes.
5 Entró en Judea, se acercó a Bet Sur, plaza fuerte que dista de
Jerusalén unas cinco esjenas, y la cercó estrechamente.
6 En cuanto los hombres de Macabeo supieron que Lisias estaba
sitiando las fortalezas, comenzaron a implorar al Señor con gemidos y
lágrimas, junto con la multitud, que enviase un ángel bueno para
salvar a
Israel.